La abdominoplastia es un procedimiento quirúrgico mayor con el que se elimina el exceso de piel y grasa del abdomen medio e inferior. También se tensan los músculos de las paredes abdominales y se reconstruye el ombligo. 

En el caso de tener un abdomen prominente, este procedimiento es adecuado porque lo reducirá de forma drástica. Hay que tener en cuenta que seguramente tendremos cicatrices porque es necesario extirpar la piel. La extensión de piel que haya que retirar depende del estado inicial de la misma.

¿Cómo se realiza la abdominoplastia y qué tipos existen?

Hay dos tipos de abdominoplastias, en función de tu caso y de tus necesidades, el cirujano elegirá realizar uno u otro. Estos dos tipos son los que os explicamos a continuación:

Abdominoplastia completa: este proceso suele durar entre dos y tres horas. Para hacerlo se separa la piel de la pared abdominal hasta las costillas. Para poder acceder a los músculos abdominales verticales se levanta un gran colgajo de piel. A continuación se tensan los músculos y se acercan. Con el fin de que no se muevan, se fijan con una sutura. El resultado será un abdomen firme y una cintura estrecha. 

La cirugía sigue con la tracción del faldón de piel hacia abajo. Se retira el exceso de piel que hay entre el pubis y el ombligo y se hace una incisión en el colgajo para el ombligo. Luego se coloca en su lugar. Se finaliza la operación haciendo las suturas, poniendo los apósitos y colocando un drenaje para extraer el líquido.

Abdominoplastia parcial: este procedimiento es más corto, puede durar entre una y dos horas. En esta caso la incisión se hace justo por encima del pubis. La incisión es más corta y no hay que recolocar el ombligo (aunque a veces se desplaza ligeramente hacia abajo). A continuación se retira el exceso de piel y grasa abdominal y se vuelve a cerrar como en la operación anterior.