Hay muchas razones por las cuales el pecho de las mujeres luce caído. Como ya os podéis imaginar, una de las principales razones es el paso del tiempo y el envejecimiento de la piel.
Con los años la piel pierde elasticidad y esto hace que el pecho se caiga. Otra de las razones más comunes son el embarazo y la lactancia.
Durante el embarazo las mamas aumentan su volumen pero tras él, la repentina pérdida de peso y la vuelta de los pechos a su tamaño habitual hace que puedan perder su forma. Una pérdida de peso también puede hacer que las mamas pierdan su firmeza.
Incluso los ciertos malos hábitos como fumar o tomar el sol sin protección pueden ser perjudiciales para nuestros pechos. Muchas mujeres deciden revertir esta situación con una de las pocas soluciones, la cirugía estética.
Esta operación se llama Mastopexia y consiste eliminar la piel excedente de la zona mamaria además de un endurecimiento de los tejidos adyacentes. El resultado es un pecho firme, redondeado y con mejor aspecto.
Durante esta operación, se pueden insertar implantes para dar más volumen al pecho. Es decisión de la paciente.
Mastopexia sin implantes:
Al hacer esta intervención, se hace una incisión y se retira el exceso de piel y tejidos mamarios. A continuación, se remoldean los tejidos para dar firmeza al pecho y se cierra la incisión.
Normalmente, las mujeres que ya tienen volumen suficiente eligen esta opción.
Mastopexia con implantes:
El procedimiento inicial es el mismo. La única diferencia es que tras dar forma a los tejidos, se introduce el implante debajo del músculo. Para poder hacerlo, hay que crear un espacio previamente.
Esto puede realizarse con un implante de silicona o con la grasa de la paciente.
El primer caso se usa para cuando para dar más volumen o cuando se prioriza una cicatriz más pequeña.
La grasa de la paciente se usa cuando no se quiere un gran aumento de volumen. Se utiliza la grasa de otra parte del cuerpo que se ha extraído con anterioridad.